¿Tienes un familiar enfermo en casa? Hoy quiero darte unos
consejos de cómo evitar tu desgaste emocional y físico (estrés, ansiedad,
depresión) al cuidarlo…
En esta ocasión quiero dejar un rato los sueños y metas
personales y hablar un poco de circunstancias de la vida.
Si bien todo nuestro entorno influye en nosotros, en nuestro
estado de ánimo, perspectiva de la vida, felicidad y estabilidad emocional.
Y cuando no estamos
bien, dejaremos un poco de lado nuestras aspiraciones y sueños por encontrar
primero nuestro bienestar personal… o el de los demás.
Muchas situaciones en nuestra vida influyen en nuestro
bienestar, y una de ellas es cuando tenemos un enfermo en casa ya sea que se
trate de una enfermedad crónica, una enfermedad terminal, un cáncer o incluso
los cuidados del adulto mayor.
¿Qué pasa si no estamos preparados para cuidar a un enfermo?
Puede hacernos sentir
estresados y deprimidos por no saber cómo actuar. Y más aún si estas directamente
ligado o si eres el o la cuidadora del familiar enfermo.
¿Te ha pasado?
Las demandas del enfermo, los medicamentos, las actividades,
los horarios, los sentimientos encontrados, todo esto y más pueden generar una
sobrecarga emocional que puede ser difícil de lidiar.
Seguramente porque además implica un cambio en tu vida,
tendrás la necesidad de modificar roles familiares, horarios, actividades,
además quizá de tener un sentimiento de pérdida, porque probablemente el
enfermo podía hacer cosas que ahora ya no. Y esto sin contar que te distraerás
o dejarás un rato tus actividades y proyectos por ponerle atención a tan
delicada situación.
Si no estás
preparado, probablemente sentirás frustración por no seguir con tu vida de
antes, y seguramente también te sentirás culpable por todo. Por no seguir tus
planes y por no saber cómo hacerlo bien con tu enfermito.
También seguramente te sentirás responsable por completo de
la vida del afectado, sentirás que paulatinamente perderás tu independencia ya
que el enfermo te absorberá más y más, te olvidaras de ti mismo, te
desatenderás, te alejaras de tu vida de ocio y social y tu calidad de vida
podría decaer.
Probablemente también tengas cambios repentinos de humor,
sientas ansiedad, tengas trastornos de sueño, apetito y problemas con peso,
aislamiento social, problemas laborales y hasta te enfermes.
Y por supuesto que la lista sigue, pues si no estás
preparado para esto, sentirás tristeza, nerviosismo, fatiga mental,
irritabilidad, agresividad, tensión, pérdida del control de la situación.
¿Vez todo lo que puede suceder?...
¿Y cómo puedo evitarlo? ¿Y si ya me estoy sintiendo deprimido y estresado?
Aquí van los consejitos…
1.- No seas el único cuidador, involucra a otras personas,
familiares y profesionales tanto para el enfermo como para ti.
3.- No te sientas culpable cuando te dediques tiempo a ti,
si quieres ayudar bien, tienes que estar bien, no es egoísta cuidar de uno
mismo.
4.- No dejes de cuidarte, aliméntate bien, haz ejercicio,
deja los vicios.
5.- Date tiempos libres para respirar, los necesitas, haz
cosas que te gustan.
6.- Entiende que también tienes limitaciones, así que
reconócelas y acéptalas, no sientas frustración por los malos momentos y
apóyate de los demás.
7.- Intenta también ponérselo fácil al enfermo, sobre todo
su autonomía, piensa que si no lo dejas hacer cosas favorecerás su dependencia
y tu aumentaras tus deberes. Además de que eventualmente él o ella se podrían
llegar a sentir como una carga para ti, y afectar su relación.
8.- Mantén una actitud positiva, puede ser difícil pero no
imposible.
9.- No es malo tener sentimientos negativos en algunos
momentos, lo importante es saber reconocerlos para superarlos o equilibrarlos.
10.- Te parecerá loco, pero mi último consejo es decirte que
disfrutes… Pues la vida está hecha de momentos buenos y malos, los buenos para
gozar y los malos para aprender, y puedes aprender mucho de la situación en sí
y de ti mismo, entonces, disfruta el aprendizaje…
Además independientemente de que tú familiar
se cure o que desafortunadamente este partiendo de este mundo, cada momento que
pases con él, será un momento de vida que atesorar para el buen recuerdo.
Recuerdos que en un mañana te llenaran de alegría y satisfacción al saber que
pudiste compartir con él o ella momentos de alegría pero también momentos
difíciles que los hicieron crecer, conocerse y superarse. Y la satisfacción de
que lo pudiste ayudar en su momento,
dándole también momentos de alegría para alivianar su enfermedad o hacerla más
pasadera.
Recuerda la actitud se contagia, así que inyéctale una dosis de optimismo que siempre será buena medicina.
Nadie mejor que nosotros sabe cómo no sentimos y que nos
sucede, por lo tanto, cada uno es el mejor principal agente de nuestro propio
cuidado.
Para el cuidado del enfermo, el cuidado del cuidador también
es importante. ¡Cuídate!
Espero te haya gustado mi artículo y más aún te haya ayudado.
Te dejo esta frase...
Hacer feliz para ser feliz, pero también ser feliz para hacer feliz
Si quieres más información orientativa sobre esta situación
aquí te dejo unos enlaces de utilidad…
Por ultimo, me daría mucha alegria que me ayudaras a compartir, para que pueda ayudarle a alguien mas que lo necesite. Gracias.
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